Antoinette Torres Soler es una activista, comunicadora afrodescendiente nacida en La Habana, Cuba y residente en España. Ha dedicado su carrera a luchar contra el racismo y la discriminación de las mujeres racializadas a través de lo que se conoce como afrofeminismo, así como a visibilizar la presencia de las personas afrodescendientes en España.
Es conocida por su trabajo como fundadora y editora de Afroféminas, un portal web que se dedica a visibilizar y dar voz a las mujeres afrodescendientes en España. Además, ha colaborado en diversos medios de comunicación como El País, Eldiario.es, Cadena SER y RTVE, en los que ha abordado temas como la discriminación racial y la presencia de las personas afrodescendientes en la sociedad española.
En su trabajo, Antoinette ha destacado por su compromiso y dedicación en la lucha contra el racismo y la discriminación, así como por su capacidad para visibilizar y dar voz a las personas afrodescendientes en España.
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Leer más: Afrofeminismo, entrevista a Antoinette Torres SolerTabla de contenidos
- Antoinette Torres Soler, Directora de Afroféminas
- Sobre Afroféminas, la revista
- Activismo y el fenómeno de la cancelación
- Continuar la lucha por el afrofeminismo
- Extender el mensaje
Antoinette Torres Soler, Directora de Afroféminas
¿Cómo te defines a ti misma?
Como una persona que no se centra en las palabras, sino en la intención del hablante. Soy una emprendedora, una mujer negra migrante de 48 años, nacida en La Habana, Cuba. Licenciada en filosofía por la Universidad de La Habana, profesora de la asignatura de Estética en el Instituto Superior de Arte de Cuba, Máster en Comunicación y Publicidad en la Universidad de Zaragoza (UNIZAR) y Diplomada en Pedagogía y Psicología en la enseñanza artística. Además, soy la Directora de la Empresa Cultural Somos Arte, la cual presido desde su creación en 2010. También he publicado el libro «Viviendo en modo Afroféminas» de La Tija Edicions (2018).
Sobre Afroféminas, la revista
¿Qué es Afroféminas?
Afroféminas es una comunidad en línea que nació en 2014 para dar voz y visibilizar a las mujeres afrodescendientes/negras en España, lo que se ha dado a conocer como afrofeminismo. Su objetivo es ser un medio digital donde se hable de literatura, opinión, poesía y periodismo para establecer un diálogo desde la perspectiva de la mujer racializada.
¿Cuál fue tu motivación para crear la plataforma Afroféminas?
Cuando llegué a España (2007), busqué abrirme camino. Afroféminas nació en el 2014 como una plataforma a nivel personal para compartir las dudas y problemas a los que me enfrentaba como mujer negra en la sociedad española. Quería expresar esas experiencias personales, ese microrracismo que es una forma de violencia y que se experimenta durante muchos momentos del día, en momentos tan comunes como al subir al autobús o al ir a la universidad. El afrofeminismo es un movimiento muy minoritario en España. Quería poner esas experiencias en común.
¿Cómo ha evolucionado Afroféminas desde que empezó?
Lo que empezó como un fin personal se convirtió en algo mucho más grande. Se evidenció que había una sociedad negra en España. Se estableció un diálogo interesante con Latinoamérica. Hasta ese momento, todos los contenidos que nos llegaban sobre la comunidad afrodescendiente venían de EE.UU. a través de series, congresos y estaban en inglés. Afroféminas empezó en España y descubrió que era posible tener un diálogo muy amplio.
¿Cuáles son los temas que aborda Afroféminas?
Cuando nació Afroféminas en España, solo existía un diálogo en cuanto a la estética afro, no se hablaba de otros temas. Yo venía de la filosofía y quería tratar temas más existenciales, abordar temas laborales, sociales, cómo se nos entiende como madres, por ejemplo.
¿Cómo se ha desarrollado el diálogo sobre la mujer negra en la sociedad?
Afroféminas ayudó a crear un diálogo sobre el afrofeminismo que reflejaba que los problemas de la mujer negra son muy parecidos entre países, que no era algo anecdótico de un lugar concreto, sino que eran problemas con una base estructural que demostraban que el racismo estaba muy enraizado en muchos lugares.
Llevé a cabo formaciones en muchas universidades en España. Vi cómo se consolidaba el debate académico frente al activismo.
Para mí, el activista tiene una cercanía entre lo que hace y lo que sabe, hay más coherencia, aunque el nivel de formación pueda estar por debajo de un académico, o no. En el mundo académico, en cambio, puede darse el caso en el que una persona tenga una mirada frente al racismo muy vanguardista, pero que en su día a día, esté lejos de aplicarla.
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Activismo y el fenómeno de la cancelación
¿Cómo describirías el estado actual del activismo?
Considero que el activismo está en crisis actualmente, con falta de convicciones. Ha perdido fuerza porque se han malinterpretado conceptos como la cancelación, por ejemplo. El año pasado sufrí, personalmente, a través de las propias colaboradoras de Afroféminas, las consecuencias de esta práctica, que busca desacreditar y rechazar públicamente a una persona por sus opiniones.
¿Puedes hablar un poco más sobre tu experiencia con la cancelación?
Según lo que se reclamaba, Afroféminas «no era un espacio seguro» debido a que yo no estaba de acuerdo con el lenguaje políticamente correcto que se estaba introduciendo en la plataforma. Es decir, no estoy en contra del lenguaje inclusivo, pero sí que se convierta en el centro de la lucha. Desde mi punto de vista existen problemas bastantes más importantes como por ejemplo saber cuántos currículos de mujeres negras terminan en la papelera de las empresas. Y no me refiero a puestos de relevancia, sino por ejemplo a puestos en supermercados como dependientas o en conocidas cadenas de tiendas.
¿Qué has tenido que dejar atrás después de sufrir este ataque?
Anteriormente, tenía una librería a través de la cual distribuía libros escritos por autoras negras, y llegué a venderlos ¡incluso en Groenlandia! Tuve que cerrarla, así como mis redes sociales. Perdí mi trabajo y la forma de ser independiente de mi marido. Sufrí un muy duro golpe y me retiré para poder sanar y curar las heridas, a la vez que pensaba cómo y si quería continuar.
Sin embargo, el daño personal no dura toda la vida y eso lo digo por si alguien está pasando por algo parecido. Sanas por un problema de supervivencia, incluso cuando sientes y estás convencida que se está cometiendo una terrible injusticia. Un año después me he preguntado, qué han hecho esas personas por el afrofeminismo. La respuesta es nada.
Por lo tanto, la vida pone a todo el mundo en su sitio antes o después.
Ahora bien, todo ese espacio conquistado a través de la librería desapareció y yo no estoy dispuesta a volverlo a construir.
¿Cuáles son las cuestiones de mayor relevancia para las mujeres negras, desde tu perspectiva?
Para mí, más importante que un lenguaje correcto, es cómo una mujer negra tiene acceso al trabajo. Esos son los temas prioritarios según mi criterio.
Existe un evidente problema de derecho a la oportunidad y si una mujer negra no sale del círculo de la pobreza por no encontrar trabajo por prejuicios raciales, sus hijos serán los próximos que encabezarán las estadísticas de pobreza.
La comunidad negra en España no es una comunidad de mayorías, ni mucho menos de clase media. Seguir insistiendo en esa visión afecta muchísimo a las mujeres negras migrantes. Somos pocas pero aquí estamos y ser rechazadas por no entrar en un determinado canon, es una violación de derechos humanos y desgraciadamente esto no solo pasa en España.
En España el problema que tenemos con el afrofeminismo es de falta de cifras, de transparencia y por tanto es muy difícil demostrar que existen claros sesgos racistas durante los procesos de contratación. Para mí, es ahí donde está el problema y no en un debate semántico que pronto desaparecerá porque se comporta como una moda.
Yo soy el producto de una Cuba que ya no existe, donde se idealizaba sobre la educación y el acceso a los servicios públicos. Esta falta de ideales ha provocado un debilitamiento del afrofeminismo, donde ahora se busca destacar, pero sin tener en cuenta la esencia.
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Continuar la lucha por el afrofeminismo
¿Cómo piensas continuar con Afroféminas en el futuro?
Invito a todo el mundo a que conozca Afroféminas. El objetivo es hacer el bien, dar una mirada antirracista de la actualidad, lucho por unos ideales que no confrontan con los derechos de otras personas. En el 2024 cumpliremos 10 años y estoy muy orgullosa de ello. Nos pueden encontrar en la web y en Instagram.
Continuaré con Afroféminas para seguir dando voz a este colectivo. No voy a odiar, voy a seguir adelante, ahora en un medio de comunicación con suscripciones, sin colaboraciones.
Practico un activismo más tranquilo y me centro más en la educación, etapa que estoy disfrutando gracias a mi hija, que cuando creé Afroféminas, era apenas una bebé y hoy es toda una preadolescente afrodescendiente, con muchas inquietudes, sin problemas de identidad racial, es muy buena lectora y no podría estar más orgullosa de ella.
¿Cómo crees que la tecnología afecta a las mujeres negras?
En cuanto a la tecnología, es muy excluyente. Hay muchas mujeres negras que podrían formar parte de la comunidad tecnológica, pero necesitan formación, acompañamiento y recursos. La comunidad tecnológica es muy cerrada y normalmente sólo acepta a otros colectivos cuando estos se han adaptado a los estereotipos de la comunidad blanca.
¿Te refieres al Tokenismo?
El tokenismo, una práctica que consiste en incluir a una persona de un grupo marginado o minoritario en situación de manera simbólica, sin realmente darle el poder o la influencia necesarios para lograr cambios significativos, es una constante en nuestro colectivo. Nos quieren para aparecer en la foto, pero no nos dan el poder real para hacer cambios.
¿Cuál crees que es el primer paso para lograr una sociedad más inclusiva?
El cambio hacia una sociedad más inclusiva debe empezar en la vida privada. ¿Cuántas amigas tienes de otros colectivos, cuántos amigos son gais, negros o migrantes? Debemos cambiar y acercarnos más a otras comunidades. Hay que acabar de aprender a gestionar la diferencia y dejar de verla como un problema.
Hay mucha literatura existente de personas negras que pueden ayudar a comprender mejor las experiencias de otros. Debemos leer, formarnos y asistir a sus festivales.
Debemos ayudar a que estas comunidades puedan implantarse en el mundo digital de manera más fácil. Debemos ofrecer apoyo para abrir caminos.
Extender el mensaje
¿Qué lecturas o contenidos nos puedes recomendar?
En cuanto a libros, recientemente recibí varias novedades muy interesantes:
- “Marrón” de la autora Rocío Quillahuam, una joven nacida en Lima y que llegó a Barcelona de niña. Es del tipo de libro escrito en primera persona que me parecen imprescindibles para entender a “los otros”. La editorial es Blackie Books.
- “El libro del poder negro” de la editorial Akal. Es sencillamente maravilloso porque es muy didáctico. Es del tipo de libro que ayudaría a cualquier profesor de instituto, por ejemplo. Tiene una encuadernación impresionante y se aprendería muchísimo con este texto.
- Luego hay clásicos como “Ubuntu”, “Enseñando a Transgredir” o “El cuerpo no es una disculpa”.
- También recomiendo una nueva serie (documental) “Hair Tales”. Está en Disney. Se le da voz a conocidas mujeres negras que hablaran sobre su relación con su pelo pero la conversación va más allá de este. Es maravillosa e inspiradora.
(Desde Wetopi, también recomendamos el libro de Antoinette «Viviendo en modo afroféminas». Editorial La Tija edicions, 2018)
A través de su plataforma Afroféminas, Antoinette ha logrado visibilizar y dar voz a las mujeres afrodescendientes en España, y ha contribuido a crear un diálogo amplio sobre los problemas que enfrenta esta comunidad en todo el mundo. Esta entrevista busca mostrar la importancia de seguir luchando por la igualdad y la justicia en todas sus formas.
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